La discusión de si el nacismo o el fascismo es un movimiento de Izquierdas o Derechas ha ocupado regueros interminables de tinta a través de la historia, sin embargo, hay consideraciones objetivas difíciles de discutir, como la frase de Mussolini “Nada fuera del Estado, todo dentro del Estado”, que no parece atribuible a alguien de Derechas siquiera remotamente.
El nombre del Partido Nazi no es casualidad, su ideología es, a todas luces, socialista, el control del Estado de los medios de producción, así como también los medios de comunicación son una constante en todos los gobiernos totalitarios de orientación marxista o neomnarxista de que se tenga registro, y son también el sello indeleble del régimen nazi.
¿Qué diferencia entonces a ambas corrientes al punto de volverlas enemigas mortales? En una simplificación que el lector espero comprenda por la extensión limitada de estas líneas, básicamente; el nacionalismo. Los socialismos y comunismos reales son, en esencia internacionalistas, el proletariado es una categoría universal y su liberación un imperativo ético para el mundo en su visión, sin embargo, el fuerte componente nacionalista del fascismo incorpora un componente nuevo y contradictorio con esa visión ideal. Más allá de la exacerbación delirante de la raza superior del régimen del terror de Hitler, el nacionalismo, basado en un profundo sentimiento patrio casi chauvinista, en el que los emblemas y tradiciones adquieren una dimensión casi religiosa no evitan que, en términos sociales, económicos y políticos esos movimientos estén en las antípodas de lo que hoy se considera de derechas.
La referencia explícita a este sentimiento patrio, como propio de las Izquierdas que hemos visto en las declaraciones de distintos personeros del socialismo “democrático”, Michelle Bachelet incluida, así como la necesidad de “apropiarse” del tema de la seguridad, mostrando un lado más “duro” como recomendó el ex poliministro Francisco Vidal, nos llevan a reflexionar sobre quién puede sentirse políticamente propietario o heredero de conceptos como el nacionalismo y la “mano dura”, ¿Las Derechas o las Izquierdas?
La lógica de la cancelación ideológica y el control de los medios de comunicación y una economía centralizada ya forman parte del ideario indisimulado de quienes nos gobiernan, y si a esos principios fundacionales se agregan la exacerbación de símbolos patrios y la mano dura, la historia nos muestra resultados poco alentadores.
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